Una tibia mañana de
verano, me encontraba sentado a orillas del rio
Mirando como el agua ante mis ojos corría suavemente, tranquila y
despreocupada,.
El tiempo no
importaba, una brisa suave golpeaba mi
rostro
secando la humedad de
mis ojos. El cielo con algunas nubes
desplegaba un diáfano
azul que cubría todo el paisaje y debajo de
mi cuerpo la suave
gramilla, evaporaba las gotas de roció que la
madrugada había
depositado en ella .
En un instante con
mis manos tome una piedra y tirándola, observaba como se depositaba
en el lecho, mientras
que su golpear en el agua producía una
ondulación
que de expandía por
todos los rincones.
En nuestro mal
formado egoísmo no permitimos que el amor alcance
a otros haciéndolo
selectivo personal, dejando que ese amor que sentimos como esa onda en el rio
alcance a otros.
Sembremos tirando muchas piedras al rio de la vida y que muchos sean alcanzados
Por nuestro AMOR
.
Robi
2 comentarios:
Preciosa reflexión Robi , me ha gustado mucho.Se deberían de tirar más piedras al río de la vida...
Que tengas un feliz día .
Un Abrazo cordial.
¡Hermoso escrito! mis felicitaciones por pensar así.
Un beso
Publicar un comentario